jueves, 15 de marzo de 2007

Prosigue el juicio del caso ardystil

Prosigue el juicio del caso ardystil - 13/02/2003

Este martes se retomó el juicio por el caso Ardystil en el que ya han declarado dos de los socios de Aeroman, una de las ocho empresas implicadas en la intoxicación por inhalación de productos químicos de diversos trabajadores del sector de la aerografía textil. Los dos empresarios están acusados de un delito de imprudencia que causó la muerte de uno de sus trabajadores y pide para ellos sendas penas de cuatro años de prisión menor. Los acusados han afirmado que cumplían todos los requisitos de seguridad.
Vicente Pla y su socio Vicente Albiñana, dueños de la empresa Aeroman donde murió Andréz, declararon este martes que la empresa cumplía todos los requisitos de seguridad. Vicente Pla, el primero en declarar afirmó que el fallecido siempre utilizaba mascarilla y que la empresa contaba con ocho ventanas y un extractor.
Del mismo modo, Pla indicó que en 1991 introdujeron un nuevo producto químico que ellos mismos mezclaban.
El Fiscal del caso Ardystil mantiene que ninguno de los dos empresarios acusados tomó medidas de seguridad y de higiene en la empresa para proteger a los trabajadores de las emanaciones de gases. Los empresarios están acusados de un delito de imprudencia que causó la muerte de uno de sus trabajadores y se enfrentan a una pena de cuatro años de prisión menor.
Los dos acusados, que al igual que el otro procesado también resultó afectado por una enfermedad pulmonar, sostuvo ante el tribunal de la sección tercera de la Audiencia que en 1989 una inspección de Sanidad levantó un acta, según la cual su empresa "cumplía todas las condiciones legales".
Por su parte, V.A.C., explicó que en mayo de 1992, una vez descubierto el síndrome en las empresas de aerografía textil de la comarcas L´Alcoiá y El Comtat, Aeroman recibió una inspección se Sanidad en la que se reflejaba que la contaminación en esta factoría era "insignificante".
El procesado negó que hubiera como una "nieblina" en el interior de la nave, así como que el extractor utilizado para ventilarla fuera de cocina, pero reconoció que durante unos dos meses se empleó en un rincón una estufa de leña de fabricación casera para que los trabajadores se calentaran a la hora del almuerzo.
De la misma manera, a preguntas del fiscal, admitió que la inspección de mayo detectó en el ambiente de la factoría tricloroetano y decano (derivado este último del petróleo) y que el Gabinete de Seguridad e Higiene de la Generalitat recomendó en un informe la instalación de sistemas de aspiración localizados sobre las mesas de trabajo.
"Esas recomendaciones no afectaban a la línea de producción y no nos dieron tiempo a corregir los fallos porque el 21 de octubre de ese año la Generalitat cerró la fábrica", matizó.
Aunque las defensas de ambos acusados presentaron un libro de visitas de Aeroman donde se registraron varias inspecciones municipales y de la administración sanitaria, el letrado de un inspector de trabajo imputado por las acusaciones particulares leyó otro documento según el que la empresa no solicitó la licencia de apertura a Industria hasta el 3 de diciembre de 1991.
Además, tanto V.P.C. como V.A.C. reconocieron que la Inspección les citó a ellos y a sus empleados en Alcoi en 1991 porque un controlador que había acudido a examinar la nave industrial no pudo acabar su trabajo al ser mordido por un perro de su propiedad.

Fuente de los datos: Panorama Actual
www.prevencionintegral.com

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